Es tan difícil escribirte como entenderte… Entender tus cambios de humor,
tus idas, tus venidas, tus “no puedo vivir sin ti” segundos después de mandarme
a la mierda…
Era tan difícil “lo nuestro".
Era tan difícil “lo nuestro".
Me parecía imposible acabar eso.
Acabar algo que empezó con sólo quitar unas simples pulseras, un “cara culo”, mensajes sin contestar… ¿cómo sin conocernos podíamos tener ganas de besarnos? ¿por qué coño siempre queríamos más? ¿por qué no fuimos uno más entre tantos? No dejo de preguntármelo.
Acabar algo que empezó con sólo quitar unas simples pulseras, un “cara culo”, mensajes sin contestar… ¿cómo sin conocernos podíamos tener ganas de besarnos? ¿por qué coño siempre queríamos más? ¿por qué no fuimos uno más entre tantos? No dejo de preguntármelo.
¿…por qué tus manos y no las de otro? ¿por qué tus
pecas? ¿por qué me gustaba acariciarte el pelo
mientras te despeino si luego te ibas a peinar?
¿por qué tu boca se tenía que llevar tan bien con la mía…?
Entrelazaban demasiado bien nuestros dedos, se besaban demasiado bien
nuestros labios… tu boca era la única que sabía erizarme la piel con tan sólo
rozar mi cuello… Dios, quién me diría que me enamoraría de ti.
Después llegó "la mala
sensación, de tocarte dentro y no llegarnos ni a la piel"
(Pero tus
manos…, temblando, siempre conseguían que me acabase derritiendo… )
Se me hacía un nudo en la garganta al pensar que ya no.
Que ya no iba a estar tus manos, ni tus ojos, ni tu boca con mi boca… que no dejabas de
decir que tú siempre vas a estar… Eso no lo he dudado nunca. Pero el nudo en la
garganta aumentaba al ver que ya no somos eternos… ni infinitos… y siento que me
falta el aire cuando me doy cuenta de que esto ya no dura… Que parecía que ya no
había razones para estar juntos.
"Pero no había razón
más sencilla que me gustase estar contigo porque sí.
Pero no hay emoción
más bonita, que la que se complica de lo fácil. Puestos a lo difícil, me
gustabas, porque los aciertos también se cometen, y los
errores también avisan. Por eso tú eras un acierto, que enseñaba como un error. Porque
me tocaba muy dentro tu risa, cuando me rozaban por fuera tus manos. Porque eras el
sol de la calle en Marzo, y la lluvia de Diciembre en la cama. Porque tus ojos
me ablandaban.. Porque eras algo así, como
una droga mensual, como un chute de oxitocina, un domingo por la tarde. Porque
eras como una reserva de ganas que señala el calendario, el placer de parar a
respirar, y quedarse a vivir. Porque eras como un soplo, fuera de lo
diario. Un abrazo de ilusión de verte, una despedida rebobinada unas mil
veces… es imposible olvidarse de ti… Eras… como un silencio en medio del ruido,
como o un beso, a medias, en silencio.
Porque eras ese
escalón, en el que hay que tropezar antes de subir. Porque hacías que despegue sin mirar abajo, y
eres vértigo, y nunca estuve tan segura de llamarte mi vida.
Porque no hay razón más sencilla y
clara, que me gustase estar contigo porque sí. Aunque no hay razón más bonita que
complicarse en decirlo. Pero puestos a lo fácil,
Me gustaba estar contigo porque no quería estar con nadie que
no fueras tú."
Pero las cosas que funcionan no siempre
marchan bien…
"Aunque teníamos todo el cielo del mundo…"
Y lo sabías, lo sabíamos…
Llegué a creer que de los que estaban entre el 86%...
“Estábamos tan seguros de que
las cosas no iban a cambiar que dejamos de cuidarlas, así que dejaron de funcionar… “
Aún así, gracias. Gracias por
haber crecido y madurado conmigo. Por protegerme y por, a veces, saber
llevarme. Por picarme y darme un beso después. Por quedarte mirándome como un
tonto con ojos de enamorado. Por saber morderme el labio y hacerme perder la
razón. Gracias por llevarme la contraria, y sacarme de quicio, por acurrucarte
en mi cama y abrazarme. Por todos los catorce, siempre diferentes, siempre
especiales. Gracias por dejarme llegar a ti, por conocerte, conocernos y
perdernos en la cama. Gracias por enseñarme a parar, llevarme a mil
restaurantes… pero sobre todo, gracias por haber sido tú. Tú, a secas, sin
aparentar. Gracias por dejarme ser, y por que un día fuimos uno cuando éramos
dos. Gracias por nosotros, pedacito. Gracias por estos meses, años…
Por compartir nuestras vidas. Por todo, de
verdad. “Ya lo sabes, corazón...”.